Como dije en la última entrada, os voy a contar como nos fue el viaje.
Salimos de la estación de autobuses a las 7 de la tarde e hicimos la primera parada en la estación de Figueres (Girona) para cenar. En ese momento todavía no teníamos hambre, así que preguntemos si se podía comer en el autobús y los conductores nos dijeron que sí. Decidimos cenar después. Los niños estuvieron correteando por allí.
Volvimos al autobús, la próxima parada sería en tres horas. Como todavía era de día, el viaje era entretenido. Los niños cenaron un poco y El Segundo enseguida se durmió. Volvimos a parar, esta vez en un área de servicio. Compré agua y algunos tentempiés para ir picando.
Seguimos el viaje y nos pusieron una película. El viaje estaba siendo tranquilo. Uno de los dos conductores se fue a dormir y se quedó al volante el más mayor, que ya tendría sus 60 años. El Mayor se durmió al finalizar la peli.
Nosotros íbamos sentados en la segunda hilera de asientos e íbamos conversando con el conductor. Nos comentó que teníamos que parar en Montpellier a recoger a una señora, pero un poco antes encontremos la carretera cortada por obras. Seguir leyendo